Comida familiar

Nuestros mismos ojos, junto al resto de órganos, no parecían gran cosa en aquella bandeja pero eran más bonitos que los ojos cibernéticos que nos estaban poniendo. Intenté decírselo, en un absurdo arranque de narcisismo, pero lo único que conseguí fue que mi  lengua aleteara un par de veces como un pez fuera del agua y empujara uno de mis testículos que cayó rodando perdiéndose por la rejilla de ventilación del platillo volante. Y esa es, señora, en resumidas cuentas, la  razón por la que su hija y yo podemos ver a través de las paredes pero no darle un nieto.

2 comentarios

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2 Respuestas a “Comida familiar

  1. Gracias Rafa. Me alegran mucho tus palabras porque tú de humor entiendes un poco.
    Un abrazo.

  2. Muy bueno Íñigo. Cibernético, futurista y con humor del bueno.
    ¡Enhorabuena!

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